miércoles, noviembre 08, 2006

Pista

El sol bajaba del cielo hace rato, me pegaba de frente en la cara, me hacía mantener los ojos a medio abrir. El semáforo en rojo.
La radio del auto comenzó a sonar, y la música se apoderó de mis pies y hundió mi pie derecho hasta el fondo, el pie izquierdo continuó el reflejo y se levantó casi simultaneamente. Mi mano izquierda se apretó contra el volante, al tiempo que mi mano derecha tomaba la palanca y la ponía en primera con furia. Los neumáticos le gritaron al pavimento para q se hiciera a un lado y les dejara libres por la pista. El concreto respondió con igual vehemencia y los hizo patinar hasta que soltaran humo. Al terminar ese corto diálogo el auto salió disparado y a menos de diez metros, cuando las revoluciones se contaban cerca de las tres mil, mi pie izquierdo se hinca sobre el embrague rápido, al tiempo que mi pie derecho abandona el acelerador un par de segundos, para que mi mano derecha mueva la palanca hasta segunda. El odómetro marca los 50 Km/H, y el aguja sigue subiendo. Los acordes de la guitarra que suena en la radio indican que las revoluciones de mi corazón son óptimas, y cada latido marca un ir y venir del cigüeñal, la adrenalina actúa como el sustrato ideal para alimentar la sed de clandestineidad que la velocidad desata, comparable sólo a la complicidad de la oscuridad y la pasión.
El tacómetro me llama y las revoluciones van en cuatro mil, una gota de sudor fría se desliza por mi frente y siento el peso de mi consciencia sobre mi pecho. El reflejo se desata una vez más y la palanca ya está en tercera. Las manos sudan y se van resbalando por el volante. Mis pupilas dilatadas ignoran las luces que se acercan vertiginosamente en contra mío, amenazantes de encandilarme, pero demasiado obvias para lograrlo.
La inevitable curiosidad voltea mi cabeza sobre mi hombro derecho, para ver cómo el resto queda relegado a ver la estela que mi andar deja. El tacómetro ya no me llama, es la dulce voz del motor que me sugiere pasar al siguiente nivel; ahora, ahora que la pista retrocede bajo las ruedas a más de cien kilómetros, y que los alrededores de mis ojos y la periferia de mis pensamientos se tornan borrosos y es difícil establecer donde empieza o termina el otro.
Mi pie derecho sigue sumergido en el pedal y la ruleta sigue girando, con la inminente incertidumbre que a la irresponsabilidad acompaña. La curiosidad grita con la fuerza estruendosa de un trueno, con lo que inevitablemente volteo mi cabeza sobre la derecha...
La dirección actuó de un modo extraño, y el auto se movió como un trompo sobre su eje... a la tercera vuelta, creo, moví el manubrio en dirección opuesta y con ambas manos firmes. Dicen que el auto se elevó como un cohete que olvidó su diseño y su falta de alas... Mi cabeza, luego de dos o tres golpes contra el respaldo decidió imitar al auto y jaló del resto del cuerpo para hacerlo atravesar el parabrisas...
La canción del auto dejó de sonar, o mas bien yo la dejé de escuchar... Para ser sinceros, los choques distan mucho de lo que se ve en las peliculas... Lejos de contar con toda esa espectacularidad están repletos de movimientos azarosos y lógicos que siguen la inercia de una acción completamente absurda...
Todo comenzó con una canción... todo termina con otra... con esa canción que se apodera al final de la sala con un profundo silencio pero que despliega una gama infinita de imágenes repletas de colores y tonos sepia...
Después de rodar y arrastrarme unos cincuenta metros, el pavimento decidió ponerle fin al diálogo que habia iniciado con el caucho de mis neumáticos. Le puso punto final a las aspiraciones de mi persona por emular la grandeza de los momentos de gloria que nunca me pertenecieron, pero que en cambio, arrebaté a quienes me sentían como propio...

3 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

hi mati..creo que no es tu mejor cuento lejos...ta piola..pero podria ser mucho emjor..dale mas misterio..meno descripcion..menos obvio...eso..chauu

noviembre 08, 2006  
Blogger Javier Vera dijo...

mmmm me gusto el relato
pero no se
final?
me dejo pa dentro
como comercial de paco
jajaj
la cancion que suena de fondo en tu historia debe ser leida con algo de stone temple pilots
una rocker si po

noviembre 08, 2006  
Anonymous Anónimo dijo...

hola tu..
mm
haber en verdad tengo varias cosas qué decir.
en primer lugar está bueno el relato,la descripción es importante, PERO hay mucha y eso cansa...
en segunda..
te falta un final que no sea tan abierto
en tercera.. ¿ Siempre escribes en primera persona?
por qué?
no creo que eso tenga que ver con tu egocentrismo.. para nada
pero atrevete a escribisr del mundo tb..
no importa que no sea verosimil
dale..
así de a poco se aprende..
te dije que te lería ves?
bueno ahora para criticarte.. no te pido permiso =)
un beso...
adios

noviembre 13, 2006  

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